Muchas personas aun desconocen que sucedió aquel día, en el que un nobel golpeo a otro nobel estamos hablando de Mario Vargas Llosa y Gabriel García Marquez, aquí un relato de lo acontecido por Alfonso Diez...
“EL GOLPE DEL BOOM”
UNA AMISTAD QUE SE PERDIÓ POR UNA MUJER
Escribe Alfonso Diez
"La pelea entre dos de los escritores más importantes de
Latinoamérica fue sorpresiva para todos. No sólo la frontal con
violencia física, sino la que siguió después. Ha habido diversas
versiones sobre los motivos de la pelea y cómo se dio, incluidas las de
otros escritores como Carlos Fuentes".
Mi aportación se basa de manera central en la narración que me hizo
José Luis Cuevas, testigo de los hechos muy cercano a ambos, pero más al
Premio Nobel colombiano.
Eran los mejores amigos, inclusive habían estado viviendo juntos en
Barcelona, España. Peruano uno y colombiano el otro, como todos saben,
se guardaban admiración y respeto mutuo al grado de que cuando García
Márquez publicó su obra cumbre, “Cien años de soledad”, Vargas Llosa
dedicó un libro igual de voluminoso, “Historia de un deicidio”,
exclusivamente para analizar el del colombiano.
Conflictivos, hilaban éxitos uno tras otro. De García Márquez son
bien conocidos, además de la novela mencionada, “El coronel no tiene
quien le escriba”, “Relato de un náufrago”, “Los funerales de la mamá
grande”, “El otoño del patriarca”, “La increíble y triste historia de la
cándida Eréndira y de su abuela desalmada”, “Crónica de una muerte
anunciada” por citar sólo algunos.
Vargas Llosa, es autor de “La ciudad y los perros”, La casa verde”,
“Los cachorros”, “Conversación en la catedral”, “Pantaleón y las
visitadoras”, “La guerra del fin del mundo”, “La señorita de Tacna” que
llevó a la escena teatral mexicana la magnífica actriz Silvia Pinal, y
“La tía Julia y el escribidor” a la que hay que hacer una referencia
mucha más amplia porque autobiográfica como es gira alrededor de la
primera esposa del escritor, Julia Urquidi, que después le respondería
con otro libro crucificante, “Lo que Varguitas no dijo”.
Pero la influencia de Julia, tía y primera esposa de Vargas Llosa,
seguiría por muchos años. Patricia, sobrina de ella y prima de Mario, se
convirtió en la segunda esposa de éste y en la piedra angular del
conflicto con García Márquez, como veremos; resalta el hecho de que la
vida sentimental del prolífico autor se ha desarrollado impregnada por
el incesto.
Fin de la amistad en Barcelona.
Patricia se lamentaba de la más reciente aventura amorosa de Mario y
se quejó con Gabo, como le dicen todos sus amigos al colombiano, que la
visitaba en la residencia que el matrimonio Vargas Llosa tenía en
España.
Gabriel, medio en broma y medio en serio, le dijo a Patricia que la
ayudaba a vengarse haciéndose su amante. Hay quienes dicen que tal
proposición era absolutamente en broma, producto de la misma naturaleza
del escritor, y que Patricia no lo entendió así, lo rechazó airada y se
lo contó a su esposo. Otra versión dice que Patricia aceptó de inmediato
la propuesta y Gabo, fuera cual fuera su intención inicial, sucumbió a
la tentación e hizo suya a Patricia esa tarde.
El caso es que la venganza de la esposa ofendida sólo podía ser
completa si enteraba al marido de su propio engaño, y Patricia así lo
hizo; con el añadido de que le restregó en la cara una frase que lo
hiriera más: “para que veas quiénes son tus amigos, mientras tú andas
quién sabe dónde, ellos vienen a proponerme que me haga su amante…”
Gabriel y Mario no volvieron a encontrarse en España después de que éste se enteró del incidente del primero con su esposa.
El encuentro fue en la ciudad de México. Se proyectaba un documental
sobre lo sucedido a los sobrevivientes de los Andes, narrado por Vargas
Llosa, en una pequeña sala ubicada en la avenida Oaxaca.
Asistieron muchos amigos de los dos escritores y desde luego estos también. Gabo vio a Mario y abrió los brazos para felicitarlo por su
intervención hablada en el documental, al tiempo que decía “Mario…”,
cuando fue violentamente interrumpido por un derechazo de Vargas Llosa,
que le reclamaba: “¡Traidor…¡
García Márquez cayó al suelo con los brazos abiertos como Cristo
crucificado, sin haber hecho el menor intento por defenderse tras la
sorpresa del amigo que reacciona violentamente. A éste, mientras tanto,
lo sujetaron para que no fuera a continuar la golpiza y para evitar que
pateara al tirado en el suelo.
Al otro día, el escritor colombiano nacido en 1928, Premio Nobel en
1982, se presentaba ante sus amigos con el ojo morado para que
atestiguaran el estado en que lo había dejado su ex amigo Mario.
Mercedes, la esposa de Gabriel, se ufanaba: “Yo hice lo que tenía que
hacer, puse a Mario en su lugar…”; alguien le preguntó, ¿Qué hiciste? y
ella respondió le grité “macho peruano…”
Vivir en la polémica
A los escritores les gusta la publicidad, la necesitan, aunque en muchas ocasiones no es la que ellos desean.
Gabriel García Márquez acusaba al escritor guatemalteco Miguel Ángel
Asturias de haber plagiado “Tirano Banderas” de Ramón María del
Valle-Inclán para escribir su “El señor Presidente” y Asturias a su vez
acusaba a García Márquez de haberse fusilado “La comedia humana” de
Honorato de Balzac para escribir “Cien años de soledad”. Ahí quedaron
las cosas.
Del colombiano, además del olor de la guayaba, se pueden contar muchos incidentes.
El actor Anthony Quinn quería llevar a la pantalla “Cien años de
soledad” e hizo un ofrecimiento monetario a Gabo para que le cediera los
derechos; éste replicó que sí le daba los derechos y que “solamente” le
pedía doscientos mil dólares, cien para la guerrilla en Colombia y cien
para él, para hacer su periódico. Quinn dijo que sólo estaba dispuesto a
dar los cien mil dólares para Gabo y que para la guerrilla “a ver quién
se los da…”. No hubo acuerdo.
Vargas Llosa, por su parte, cambió radicalmente. Del escritor de
izquierda, comprometido con las guerrillas, a favor de ellas y del
régimen de Fidel Castro en Cuba, se transformó en su más furibundo
enemigo.